Cuestionario de Evaluación Personal
“Sigue pidiendo
y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la
puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca,
encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.”(Mateo 7: 7, 8. Nueva
Traducción Viviente)
1.
En su criterio, ¿Cuál es el propósito de la oración?
2.
¿Cuánto tiempo pasa en oración delante del Señor cada día?
3. ¿Pasado
cuánto tiempo le resulta difícil seguir orando delante del Señor? ¿Por qué razón?
4.
Seleccione el tipo de oración que realiza con frecuencia:
a.
Alabar a Dios b.
Dar gracias a Dios por todo c.
Arrepentimiento
f.
Orar por la salvación de las almas g.
Otras oraciones:___________________
5.
Por favor, sea sincero al responder: La oración le parece algo:
a.
Muy agradable b.
Aburrido c.
No le gusta
d.
Lo hace por obligación e.
Prefiere leer la Biblia
6.
¿Podría decirnos en qué horario le gusta orar?
7.
¿Considera que Dios siempre responde a sus oraciones o solamente algunas
veces? Si cree que Dios nunca responde a sus oraciones, explique por
qué…
8.
Cuando usted ora, ¿Solamente habla o toma tiempo para escuchar a Dios? Explique
por qué:
9.
¿Prefiere orar solo o en compañía de otras personas?
10.
¿Qué espera de este Seminario-Taller sobre oración?
“La mayoría de quienes profesan ser cristianos saben que
es necesario orar, pero, por alguna razón, no lo hace y cuando orar,
verdaderamente no entienden lo que están haciendo ni cómo funciona. He notado
que muchos de los hijos de Dios no oran excepto en casos de emergencia o cuando
se les pide que lo hagan, porque no todos creen que sus oraciones harán la
diferencia.”(Bill J. Willhite. “¿Por qué
orar?”. Centros de Literatura Cristiana. Colombia. 2008. Pg. 16)
© Fernando
Alexis Jiménez
Título: Aprendamos a orar
Base Bíblica: 1 Tesalonicenses 5:17
Introducción:
I. Dios se
manifiesta entre quienes disponen su corazón para buscar su rostro (Hechos
10:1-8)
1. Cornelio era un hombre muy ocupado pero dispuso su corazón para
buscar a Dios (v. 1)
Comandaba cien soldados
del ejército romano. Residía en Cesarea, donde se encontraba el cuartel general del Procurador
Romano de Judea.
2. Cornelio había dispuesto
su corazón para Dios e instruía a su familia en los caminos y el temor del
Señor (v. 2)
a. Piadoso b. Líder espiritual en casa c.
Temeroso de Dios
Se consideraba temeros de
Dios a personas que, como Cornelio, eran gentiles, pero cansados de las religiones paganas, buscaban algo mejor
en el judaísmo
3. Cornelio oraba a Dios
continuamente (v. 2 c)
4. Dios se manifiesta con
poder entre quienes le buscan (v. 3)
5. Cuando desarrollamos
intimidad con Dios cruzamos nuevas fronteras (v. 4)
a. Dios escucha nuestras oraciones
b. Nuestras oraciones están en la
Presencia de Dios
6. Dios nos habla, guía y
fortalece en la oración (vv.5-8)
II. Es esencial que
pasemos tiempo con Dios cada día
1. Es importante aprovechar
cada instante para el Señor: en oración, meditando en Su Palabra y
desarrollando intimidad con Él (Colosenses 4:5)
2. Debemos ser buenos
administradores del tiempo (Efesios 5:15, 16)
a. Nuestros tiempos están en manos
de Dios (Job 14:5; Salmo 31:15)
b. Dios sabe de qué manera
invertimos nuestro tiempo
3. El día tiene 24 horas;
la semana, 168 horas. Si dormimos 8 horas diarias en la semana habremos
invertido 56 horas en el descanso y nos quedan 112 horas para distribuirlas en
nuestras ocupaciones. De este tiempo, ¿Cuánto tiempo le dedicamos a Dios?
“Nadie tiene más tiempo que usted. Es la disciplina y el
uso que hace del tiempo de que dispone, lo que cuenta. La administración del
tiempo es el modo como se administra usted mismo; por tanto, si usted dedica
tiempo a Dios, Él le dedicará tiempo a usted… No se trata de si puede arrebatar
unos minutos para Dios en su horario semanal lleno a rebosar. De lo que se
trata es de ofrecerle a Él su horario semanal y dejarle que empiece a sacar
cosas de su horario habitual, para que tengan tiempo juntos” (Jill
Briscoe. “Aprendiendo a orar”. Editorial
CLIE. España. 1978. Pg. 30)
4. Una cosa es orar a Dios y otra bien distinta orar en la Presencia de Dios que no es
otra cosa que concederle el primer lugar, abrirle nuestro corazón y rendirle
todo el tiempo en Su Presencia (Nehemías 1:4)
5. ¿Cuánto tiempo debemos
orar? El que más podamos (1 Tesalonicenses 5:17)
III. Pedir en el
Nombre de Jesús pero en la voluntad de Dios
1. El Señor Jesús siempre
insistió “Hágase tu voluntad…” (Mateo
6:9-13)
2. Cuando pedimos al Padre
en oración, lo hacemos en el Nombre del Señor Jesús (Juan 14:14)
3. El Señor Jesús mediante
su sacrificio en la cruz no s aseguró el acceso al Padre (Hebreros 8:1, 2)
Podemos pedir confiadamente en Su
Nombre (Hebreos 4:14-16)
4. El Señor Jesús intercede
por nosotros ante el Padre celestial (1 Juan 2.1; Hebreos 8:8-13)
5. No podemos olvidar que
recibiremos, en el Nombre del Señor Jesús, todo cuanto pidamos siempre y cuando
esté en la voluntad de Dios
IV. Dios quiere hablarnos a través de la oración
1. A
infinidad de personas les cuesta trabajo reconocer que Dios quiere hablarles
1.1. Dios espera que saquemos tiempo para escucharle en medio de sus múltiples
ocupaciones
1.2. El mayor problema es que infinidad de personas han estado orando a un Dios
que no conocen
a. Encuestas revelan que el
51% de quienes oran, pasan más tiempo hablando con Dios que escuchándole
b. Un 20% ni siquiera han
tomado conciencia que necesitan escuchar a Dios
“La oración es una conversación con Dios. Él nos habla
por medio de Su Palabra; nosotros le hablamos por medio de nuestras palabras.
En esta conversación Dios escucha la parte que le corresponde al hombre.”(Jill
Briscoe. “Aprendiendo a orar”. Editorial
CLIE. España. 1978. Pg. 25)
2.
Dios escucha nuestras oraciones; quienes dudamos de
que nos escuche, somos usted y yo.
2.1. Podemos cultivar amistad con Dios
2.2. Dios nos ama y se deleita al compartir tiempo con nosotros (Cf. Mateo 6:6)
2.3. Dios nos oye atentamente
3. Dios tiene muchas
maneras de hablarnos y una de ellas es la oración
V. La oración de poder demanda que conozcamos
al Dios al que oramos
1.
Dios habló a los profetas y apóstoles y ellos lo escucharon
1.1. Dios habla a sus hijos en todo tiempo (Cf. Juan 10:1-5)
a.
Es necesario abrir nuestro corazón a Dios
b.
Es necesario acercarnos más a Dios
c.
Es necesario ser sensibles a la voz de Dios
1.2. Muchos cristianos no encuentran a Dios por que no lo buscan
2.
En ocasiones la oración deja de ser gozo y se transforma en una obligación
auto impuesta
2.1. Nos ocupamos más en lo externo que en lo interno en nuestra relación con Dios
2.2. Le damos más prelación a lo material
que a lo espiritual
a.
No dedicamos tiempo suficiente a Dios
b.
No buscamos un lugar de encuentro con Dios
3. La oración nos transforma
cuando vivimos y nos movemos en el poder de Dios
3.1. Toda persona necesita
experimentar el escuchar y el hablar con Dios
3.2. Cuando estamos en y con
Dios experimentamos poder, autoridad y victoria
a. Poder ilimitado que
transforma el mundo y las circunstancias
b. Autoridad sobre el mundo físico y
espiritual
c. Victoria en todas las áreas de
nuestra vida
4. El distintivo del
cristiano comprometido es su intimidad con Dios en
oración
VI.- Hay por lo menos cinco razones por
las que Dios no escucha nuestras oraciones
1. Cuando usamos vanas repeticiones para ser vistos por
los demás (Mateo 6:5-8)
2. Cuando hay altivez en nuestro corazón (Lucas 18:9-14)
3. Cuando no tenemos la intención de hacer la voluntad
de Dios (Santiago 4:1-3)
4. Cuando anidamos pecado en el corazón (1 Pedro 3.12)
5. Cuando no oramos con fe (Marcos 11:24)
VII.
Dios nos ha dado—a través de los tiempos—instrucciones por medio de la oración
sobre temas específicos
1. Si le permitimos a Dios
que hable a nuestro corazón, Él lo hará
2. La Biblia registra cómo
Dios le habló a hombres y mujeres sensibles a Su voz:
2.1. Dios le habló a Abraham
de salir a cumplir una misión (Cf. Génesis 12:1)
2.2. Dios instruyó a Jacob
sobre regresar a su familia (Cf. Génesis 31:3)
2.3. Dios orientó a Jacón en
cuanto a sus finanzas (Cf. Génesis 31:1-16)
2.4. Dios guió a Josué en
cuanto a cómo orientar la guerra (Cf. Josué 6:1-21)
2.5. Dios ofreció respuestas
en momentos críticos (Cf. 2 Reyes 2:19-22)
2.6. Dios respondió con poder
a una pareja sin hijos (Cf. Jueces 13:1-25)
3. Dios habla a través de
los siglos y aún hoy sigue hablando a su pueblo (Cf.
Lucas 2:26; Hechos 11:11, 12; Gálatas
1:11, 12; 2:2; 5:16; Hebreos 1:1, 2)
3.1. Dios quiere hablarnos a
nosotros hoy (Cf. Efesios 1:17; 3:3)
a. Para dirigirnos a toda verdad
(Cf. Juan 16:13)
b. Para guiarnos (Isaías 42:16)
c. Para traernos vida espiritual
(Isaías 55:3)
d. Para proveernos consejos sabios
(Salmo 73:24)
e. Para exhortar (Ezequiel 33:7)
f. Para orientarnos en todos los
caminos (Cf. Salmo 62:5, 6; Proverbios 28:26; Jeremías 33:3; Juan 14:17)
3.2. Cuando escuchamos la voz
de Dios nos asegura una vida victoriosa (Cf. Juan 6:63)
3.3. Dios nos habla porque Él
hace su obra a través de nosotros
a. Usted y yo somos parte de Su
plan
b. A través de la oración Dios nos
revela Su plan para cada momento específico (Cf. Juan 16:13)
“Conocer la voluntad de Dios es sencillo, pero no
fácil. Es sencillo porque solo requiere
que pasemos buena cantidad de tiempo en la presencia de Aquél cuya voluntad
deseamos conocer. Eso es todo. Pero, es no es fácil, por las demandas de
nuestra carne… Para la carne, la oración es un esfuerzo pasivo. Para que una
obra sea una obra de Dios tiene que ser concebida por el Espíritu Santo en
oración.”(Bill J. Willhite. “¿Por qué orar?”.
Centros de Literatura Cristiana. Colombia. 2008. Pg. 74)
VIII.
Hablar con Dios tiene un ingrediente especial. Escuchar la voz de Dios (Juan 10:27)
1. Infinidad de cristianos
no quieren hacer un alto en el camino para escuchar la voz de Dios (Zacarías
7:12, 13)
1.1. De acuerdo con las
Escrituras, los hijos de Dios saben escuchar Su voz
1.2. No podemos desconocer
que Dios quiere tener un trato personal con nosotros (Apocalipsis 3:20)
2. Nos tornamos sensibles a
la voz de Dios pasando tiempo con Él
(Lucas 10:38-42)
3. Es necesario aquietar
todo nuestro ser después de hablar con Dios en oración, para poder escuchar Su
voz (Salmo 46:10)
3.1. Algunas veces Dios nos
habla en medio de la jornada diaria, pero en buena medida, cuando nos
disponemos a escucharle.
3.2. Es necesario que nos
dispongamos para que Dios nos hable (Salmo 37:7 a)
a. No podemos estar muy “ocupados”
y pretender que Dios nos hable
b. Satanás tratará de distraernos
c. Debemos aquietarnos y gozar la
presencia del Señor
3.3. Es necesario aprender a
esperar en Dios (Salmo 25:5)
a. A infinidad de personas se les
dificulta esperar en Dios
b. Esperar en Dios está ligado a
una disposición expectante
4. Si queremos escuchar la
voz de Dios, entonces orar debe convertirse en una de nuestras prioridades
(Salmo 63:1)
4.1. Buscar su guía y que
oriente nuestro camino
4.2. Procurar que nos oriente
frente a las asechanzas de Satanás
4.3. Desarrollar permanente
sensibilidad espiritual para escuchar la voz de Dios (Isaías 48:17)
IX.
Disponiendo nuestro ser para escuchar
la voz de Dios
1. Hay siete factores que
nos impiden escuchar la voz de Dios:
1.1. La falta de fe
1.2. La falta de compromiso
con el Señor Jesucristo
1.3. La permanencia
consentida del pecado en nuestra vida
1.4. Desestimar las instrucciones
de las Escrituras
1.5. Falta de disposición
espiritual
1.6. Temor al qué dirán al
comprometernos con Dios
1.7. Temor de no
escuchar la voz de Dios sino de “espíritus de error”
2. Es necesario un
encuentro personal con Dios (Marcos 9:1-7; Juan 15:15; 17:8)
2.1. Cuando tenemos intimidad
con Dios, Él se mueve con poder en todo nuestro ser (Juan 14:16, 17; 16:13;
17:26)
2.2. Cuando desarrollamos intimidad con Dios, Él
nos habla a través de las Escrituras, los dones espirituales, y a través de las
circunstancias, entre otras (Cf. Números 22:30; Hechos 16:26)
“La duda es el resultado de la experiencia. La fe es el
resultado de la relación con Dios, que tuvo su comienzo con una revelación. La
duda y la fe están siempre presentes en cada uno de nosotros... La duda se
convierte en un problema sólo cuando domina nuestra vida; la duda no es un
impedimento a su oración a menos que por la duda usted se aleje de la oración.
La mayoría de los hombres y mujeres de fe tienen su lucha en muchas ocasiones
con la duda.”(Bill J. Willhite. “¿Por
qué orar?”. Centros de Literatura Cristiana. Colombia. 2008. Pg. 107)
3.
Es
necesario que pongamos mucha atención para escuchar la voz de Dios
3.1. Cuando procuramos
fervorosamente escuchar la voz de Dios, Dios se deja escuchar
3.2. Cuando aprendemos a
reconocer y escuchar la voz de Dios, no nos dejamos escuchar por “otras voces”
3.3. Cuando nos acostumbramos
a escuchar la voz de Dios, podemos reconocerla fácilmente
3.4. Conocer la voz e Dios no
se hereda: es una destreza que debemos desarrollar (Cf. 1 Samuel 3)
a. No se aprende mediante cursos de
espiritualidad
b. Es necesario ser sensibles en
espíritu
4. Es importante que
tengamos certeza de haber escuchado la voz de Dios y no a nuestras propias
emociones
4.1. Hay certeza de haber
escuchado la voz de Dios, cuando el mensaje está en consonancia con Su palabra
(Cf. Lucas 21:33)
4.2. Hay certeza de haber
escuchado la voz de Dios cuando tenemos paz en nuestro ser (Salmo 4:8; 85:8)
a. La voz de Dios trae paz
(Cf. Santiago 3:17)
b. La voz de Satanás despierta
inquietud, ansiedad y frustración (Cf. 1 Corintios 14:33)
4.3. Hay certeza de haber
escuchado la voz de cuando el mensaje se cumple a pesar del paso del tiempo
Conclusión:
Estamos llamados a experimentar
una renovación y crecimiento en la dimensión espiritual. Dios no quiere que nos
mantengamos en un grado de estancamiento ni tampoco que inclinemos nuestra vida
hacia un decrecimiento espiritual. Hoy es el día para renovar la disposición de
buscar a nuestro amado Padre celestial en oración, bajo el convencimiento que
Él no solo escucha nuestras oraciones sino que responde con poder. Si abrimos
nuestro ser al obrar divino, desarrollaremos intimidad con el Señor y daremos
pasos sólidos hacia nuevos niveles de crecimiento.
© Fernando
Alexis Jiménez
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