Dios demanda que en nuestra vida haya integridad |
Título: La integridad en
el hombre de Dios
Base Bíblica: Job 31:1-40
Introducción:
Hay un concepto que es
fundamental que definamos. Se trata de la Integridad. En términos sencillos
podemos decir que “Es la capacidad de todo ser humano de ser probado en
cualquier área de su vida y salir airoso”. Si usted y yo estamos andando en
el temor del Señor, sin duda estaremos dando solidez a la Integridad. Un
segundo concepto es temor del Señor. No es el fruto de mirar a nuestro amado
Dios como un Dios castigador sino como un Padre amoroso. Y andamos en el temor
del Señor cuando no cumplimos los preceptos que Él dispuso para su pueblo por
obligación sino por amor. Integridad y caminar en el temor del Señor se
reflejan en un hombre recto, transparente.
I.- Dios se
agrada de quien decide caminar en rectitud delante de Su presencia.
1.- Se agrada de quien
se guarda en integridad moral (v. 1).
2.- Se agrada de quien
se guarda de ceder a los deseos de la carne (vv. 9, 10).
3.- Se guarda de
quien reconoce que el pecado no
glorifica a Dios (vv. 11, 12).
4.- Se guarda u
bendice a quien le honra (vv.2, 3).
II.- Dios conoce
la intimidad de nuestro andar diario
1.- Absolutamente nada
queda oculto en Su presencia (vv. 4, 5).
2.- Él conoce la
integridad de nuestro ser (v. 6).
a.- ¿Está usted
dispuesto a que pongan a prueba su integridad?(vv.7, 8).
b.- ¿Ha
guardado los principios trazados por Dios?
III.- Dios se
guarda de quien obra en justicia
1.- Se agrada de que
reconozcamos los derechos del prójimo (vv.13, 14, 21).
2.- Se agrada de que
reconozcamos que en Su presencia somos iguales (vv.15, 16).
3.- Se agrada de que
el amor lo traduzcamos en hechos (vv.17-19).
IV.- Dios se
agrada de quien anda en temor delante de Su presencia.
1.- Se agrada de quien
reconoce Su grandeza (v. 23).
2.- Se agrada de quien
confía en Él y no en las riquezas (vv. 24, 25).
3.- Se agrada de quien
depende del poder divino y no del ocultismo o soluciones humanas (vv.26-28).
4.- Se agrada de quien
desecha la venganza (vv.29-30).
Conclusión:
El hombre íntegro y que camina
en el temor del Señor, agrada a Dios. Es quien ha comprendido la grandeza del
Padre quien nos amó de tal manera que sacrificó a Su Hijo Jesús en la cruz por
nuestros pecados y para reconciliarnos con Él. El cambio se refleja en nuestro
crecimiento personal y espiritual.
©
Fernando Alexis Jiménez
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