Título: ¿Cómo transforma Dios nuestra vida en terreno
fértil y productivo?
Base Bíblica: Mateo 13:1-9; 18-23; 44, 45
Introducción:
Todos los seres humanos estamos llamados a
experimentar una vida plena. El tipo de vida que Dios dispuso para nosotros
desde antes de la creación. No obstante, nuestras decisiones—muchas de ellas
equivocadas—son las que determinan el grado de frustración que podemos
enfrentar hoy día. No obstante el panorama ensombrecido puede cambiar. Basta
que rindamos nuestra vida a Jesucristo y le demos oportunidad de obrar en
nuestra vida. Es el primer paso para experimentar cambio.
I. Es importante determinar qué tipo de terreno somos para sembrar la
Semilla (Mateo 13:1-9)
1. Todos tenemos igual oportunidad de recibir la
semilla transformadora que proviene
de Dios (v. 3)
2. El tipo de terreno que somos, lo determina aquello
de lo que alimentamos nuestra mente
(vv. 4-7)
a. Experiencias
b. Recuerdos
c. Pensamientos
3. Ser o no una buena tierra lo determina si nos
resistimos o por el contrario abrimos las puertas de nuestra vida a Dios (v. 8
a)
4. Vivir o no en la voluntad de Dios,. Determina cuánto
fruto rendimos en nuestra vida (v. 8 b)
II. Todos tenemos la responsabilidad con el terreno y la semilla que
Dios siembra en nosotros (Mateo 13:18-23)
1. Nuestra actitud
frente a la semilla transformadora determina el terreno que somos:
a. No dejarnos robar la semilla del enemigo
espiritual (v. 19)
b. Perseverar en medio de las pruebas (vv. 20,
21)
c. No dejarnos llevar por el mundo ni las preocupaciones
(v. 22)
2. Permitir que la semilla del Reino nos transforme,
hace que llevemos frutos (v. 23)
3. ¿Qué fruto estamos
llevando?¿El 30, el 70 o el 100%?
III. Tomar hoy una decisión nos transformará en terreno fértil (Mateo
13:44, 45)
1. La transformación para
rendir frutos comienza con la entrega a Dios (v. 44)
a. Descubrir el tesoro del Reino de Dios
b. Entregarlo todo por el tesoro del Reino de Dios
2. La transformación para
rendir frutos, se mantiene cuando valoramos el Reino de Dios en nuestra vida
(v. 45)
Conclusión:
Cuando descubrimos el alcance del Reino de Dios
descubrimos que hemos perdido mucho tiempo sujetos al mundo. La verdadera vida,
la vida plena, se encuentra en nuestro amado Dios y en Su Reino. El proceso
comienza con nuestra rendición a Él. Dios nos garantiza la victoria en todas
las circunstancias, y nos lleva siempre a nuevos niveles de crecimiento.
© Fernando Alexis Jiménez
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