La Obra del
Alfarero en el Liderazgo
AVANZANDO
A NUEVOS NIVELES DE SANIDAD INTERIOR
Ps. Fernando Alexis Jiménez
Base
Bíblica:
Jeremías 18:1-6
1. Como el
alfarero, Dios tiene en mente qué desea que lleguemos a ser si
permitimos el trato especial (v. 3)
2. Si lo
permitimos, Dios tratará nuestra vida (v. 4)
a. Dios sabe qué áreas de
nuestra vida transformar
b. Dios puede transformarnos a la imagen que
tiene de nosotros
3. Es necesario que le permitamos al Señor transformarnos conforme Él
quiera (v. 6)
Objetivos del Taller:
- Generar fundamentos de sanidad interior en
el líder
- Ayudar a desarrollar un liderazgo claro y objetivo.
- Ayudar a confirmar el llamado de cada líder asistente
- Ayudar a reafirmar fundamentos bíblicos de liderazgo
- Ayudar a concienciar la importancia de tener líderes comprometidos.
- Ayudar a desarrollar un liderazgo claro y objetivo.
- Ayudar a confirmar el llamado de cada líder asistente
- Ayudar a reafirmar fundamentos bíblicos de liderazgo
- Ayudar a concienciar la importancia de tener líderes comprometidos.
I.
NUESTRO ENEMIGO ESPIRITUAL ESTA EMPEÑADO EN ROBARNOS LAS BENDICIONES E
IMPEDIRNOS UNA VIDA PLENA
1. Si podemos identificar a nuestro enemigo espiritual y de qué manera
opera, podemos enfrentarlo.
1.1. Dios nos concibió para que disfrutáramos la vida a plenitud (Génesis
1:26-28)
a.
Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (vv. 26 a , 27)
b.
Fuimos creados para dominar sobre la tierra (vv. 26 b, 28)
c.
Dios nos concibió para ser un pueblo grande y bendecido. El pecado, sin
embargo, trajo maldición y ruina.
(Génesis 3:1-7; 13-24)
“Por mucho tiempo se ha dicho que la vida
cristiana normal es derrota; que
está saturada de dificultades y de opresión… Indiscutiblemente yo estaba
equivocado; fallé al no reconocer en un comienzo, que existe otro reino y, que
no todo lo que sucede viene de Dios; si uno se sujeta a toda circunstancia,
muchas veces se estará sujetando a derrota, y dominio del reino de las
tinieblas.”(Coleman, Jimmy. “Herido y sanado”. México, Centro de Entrenamiento
Bíblico Cristo al mundo. 1989, pg. 13)
1.2. No podemos
resignarnos a una condición de derrota, opresión, dominio y control sobre todas
las áreas de nuestra vida.
1.3. No sabemos qué
es la victoria hasta tanto enfrentemos la situación de dolor, frustración y
desesperanza que nos ha traído el enemigo espiritual (Juan 10:10)
2. Hasta tanto
estemos en pecado, enfrentaremos un caos en nuestro mundo interior:
a. El pecado se convierte
en una atadura física y espiritual
(Juan 8:34)
b. El pecado nos impide avanzar (Proverbios 5:22, 23)
c. Cristo por su
sacrificio en la cruz nos hizo libres de la esclavitud del pecado (1 Corintios 7:23)
d. Es necesario permanecer
en Cristo para no estar de nuevo bajo esclavitud del pecado (Romanos 6:15-18)
e. La decisión de no ser
de nuevo esclavizados por el pecado, es nuestra (Gálatas 5:1)
3. Dios nos ofrece
lo mejor de la vida. Él no nos creó para vivir en la infelicidad y la derrota,
sino en victoria (Cf. 1 Juan 5:5); sin embargo es necesario que nos decidamos
por la libertad que nos da Cristo
Esclavo à Gr,
doulos à El grado más inferior de servidumbre. Sujetos a la voluntad
de otro.
Esclavitud à Gr. douleia
à Estar atado;
sujeto a alguien
4. Satanás tiene
preparada una estrategia contra toda persona para dominar, controlar y destruir
su vida en las dimensiones física y espiritual (Juan 10:1; 10:10 a)
5. Como lo hizo
con el pueblo de Israel, Dios nos ofrece lo mejor de la tierra que es el
disfrute de la vida plena. Nos corresponde entrar a poseer la bendición
(Deuteronomio 1:21)
5.1. La parte de
Dios es darnos
5.2. La parte del
creyente es recibir las
bendiciones (Josué 1:1-6).
a. La tierra que debían poseer los israelitas
estaba gobernada por 31 reyes.
b. Dios instruyó a Josué, y a nosotros hoy, para
que seamos “esforzados y valientes”.
c. A usted y a mí nos corresponde sacar al enemigo
de nuestro territorio (Santiago 4:7)
5.3. El Señor Jesús
ya nos hizo libres y tenemos asegurada la victoria sobre toda atadura de
nuestro enemigo espiritual (Colosenses 1:9-14; Colosenses 2:13-15)
5.4. No podemos
pedirle al Señor Jesús que libre nuestra batalla contra Satanás y sus huestes,
porque ya él nos dio poder y autoridad
sobre el mundo de las tinieblas (Lucas 10:17-19; Salmo 91:13)
a. No podemos permitirle al enemigo que
todavía tenga derecho legal sobre nuestra vida (Jueces 1:19, 21, 27, 28,
30-35)
b. Decidieron hacer un “pacto de convivencia” con el enemigo, y
el enemigo—como nos ocurre hoy si
se lo permitimos, se quedará viviendo
junto nuestro para oprimirnos.
c. Dios no quiere que cedamos terreno
al enemigo mediante el pecado.
d. Cuando aceptamos compartir nuestro
espacio con el enemigo, él se fortalece
y nosotros nos debilitamos.
“Dios no quiere que sigas siendo el objetivo del
enemigo. Él no quiere que vivas bajo la opresión y las ataduras. Quiere
romperlas y darte libertad para que lo conozcas y puedas vivir como una persona
normal.” (Coleman, Jimmy. “Herido y sanado”. México, Centro de Entrenamiento
Bíblico Cristo al mundo. 1989, pg. 13)
5.5. Peleamos en el
mundo espiritual, no en nuestras fuerzas sino en las de Dios (2 Corintios 10:3,
4).
5.6. Los ataques del
enemigo los recibimos en nuestro mundo
interior, así como en la dimensión física y espiritual.
a. Así como lo hizo con
sus discípulos, el Señor Jesús nos ha dado autoridad
(Mateo 10:1; Cf. Salmo 91:13)
Autoridadà gr. Exousia
à Permiso o
libertad de hacer las cosas como a uno le parezca. Poder con el que uno ha sido
investido. Es poder para regir o gobernar, y ser obedecido.
b. Tener la autoridad
depende de la permanencia con el Señor Jesús, bajo cuyo poder podemos hacer cosas grandes (Juan 14:12; Cf.
Colosenses 2:10; Filipenses 2:9-11; Efesios 1:21)
c. La intimidad con Dios está ligada al
ejercicio de la autoridad sobre el mundo de las tinieblas. (1 Juan 5:4; Romanos 8.37)
II.
EL CRISTIANO NO MANTENDRA SU LIBERTAD EN CRISTO HASTA TANTO EXPERIMENTE LIBERTAD
EN SU VOLUNTAD
1. La voluntad nos
permite tomar decisiones. Dios respeta lo que determinemos como personas (Cf. Génesis
2:16, 17; Deuteronomio 30:15, 19); sin embargo, cuando hay armonía con Dios,
alcanzaremos equilibrio en lo que escojamos.
1.1. La mente nos
dice lo que pensamos
1.2. La voluntad
materializa lo que queremos
1.3. Las emociones
expresan cómo nos sentimos
1.4. Si hay gobierno
de la voluntad, se tendrá control de las emociones y los sentimientos
(Proverbios 25:28)
2. Si no tomamos
control de nuestra voluntad—con ayuda de Dios—tomará ventaja el mundo de las
tinieblas (Romanos 8:12, 13; Colosenses 3:5-7)
2.1. Nuestro
adversario espiritual se aprovecha de los recuerdos y hechos traumáticos que
subyacen en el inconciente.
2.2. En la medida en
que la mente se renueva (Cf. Romanos 12:2), la voluntad se fortalece.
SEÑALES DE ALERTA SOBRE FORTALEZAS
ESPIRITUALES DE MALDAD QUE AFECTANM NUESTRA VOLUNTAD
|
|
Inercia
|
Resignación ante los obstáculos.
Aceptación de cuanto ocurre alrededor, incluso la adversidad.
|
Falta
de perseverancia
|
La persona jamás termina lo que
emprende
|
Dispersión
de los pensamientos
|
A la persona se le dificulta
concentrarse. No pueden siquiera conservar el hilo de una conversación.
|
Inseguridad
|
Incapacidad de tomar decisiones. Temor
a asumir responsabilidades. Dejan que los demás decidan por ellos.
|
Doble
ánimo
|
Las personas fluctúan entre perseverar
en el camino de Dios o permitir que les arrastre de nuevo la mundanalidad.
|
2.3. Identifique áreas de engaño en su vida.
Recuerde que la verdad nos hace libres (Cf. Juan 8:31, 32)
Verdad à Gr. Ginoskoà Conocimiento de
un principio, aplicación, desarrollo y el logro. Saber algo por experiencia
personal
2.4. Tome control de su voluntad. Es
necesario que pongamos filtro a nuestros pensamientos (1 Tesalonicenses 5:21).
a. Es necesario que usted
resista en su voluntad y en su mente todos los pensamientos de maldad que le asaltan, enviados por Satanás (Cf.
Santiago 4:7; 2 Corintios 10:5).
b. Si el Adversario
controla nuestra voluntad tendrá dominio del cuerpo, muerte y espíritu (1 Corintios 9:26, 27)
Retener à Gr.
Katecoà Sostener o sujetar firmemente. Gr. Kataà Abajo. Gr.
Ecoà Tener en la mente, adherir
III.
EL PODER DE DIOS NOS LIBERTA PARA QUE PODAMOS TOMAR CONTROL DE NUESTRAS
EMOCIONES Y SENTIMIENTOS
1. Quien gana
ventaja con la permanencia de las heridas espirituales que experimentamos, es
nuestro Adversario espiritual. El propósito de Dios es que haya sanidad
permanente en nuestro mundo interior (1 Tesalonicenses 5:23)
1.1. Las heridas
emocionales comienzan con un hecho
traumático que se transforma en resentimiento
y da lugar al odio. A partir de
entonces se produce la amargura de
corazón y toma fuerza hasta llevar a la persona a la destrucción física y espiritual.
1.2. Satanás se
aprovecha de las heridas emocionales (Cf. Efesios 4:27)
3. Las heridas
emocionales tienen factores desencadenantes:
a. Las relaciones rotas. Frecuentes en
los matrimonios que terminan en divorcio y que desencadenan
heridas en los cónyuges.
b. No perdonar. La decisión de
mantener la herida emocional y no perdonar al causante del mal, se constituye en una atadura espiritual (Cf. 2
Corintios 2:10, 11)
c. El Rechazo. Comienza
generalmente desde la niñez y persiste en el tiempo. No obstante, los hechos traumáticos también afectan a los adultos.
d. El Maltrato. Se producen por las reacciones que se reciben
de otras personas y que involucran violencia
física y verbal. Causan heridas emocionales.
e. Palabras hirientes. Son términos
expresados generalmente por alguien en estado de exaltación que producen
heridas emocionales (Proverbios 10:31; Salmo 37:30)
f. Abuso sexual. Produce
heridas emocionales que pueden marcar la vida de una persona para siempre.
g. Raíces de amargura. Constituyen el
producto de heridas sin sanar que nos impiden una vida plena y desencadenan contaminación espiritual a otras
personas (Cf. Hebreos 12:15)
4. Dios quiere que
seamos libres de las consecuencias de los hechos traumáticos que nos afectaron (Hebreos
12:1) Dios que nos creó, es el único que puede sanarnos
IV.
DIOS QUIERE TRAERNOS LIBERTAD A TRAVES DEL PERDON (Lucas 6:37)
1. Dios nos perdonó
y espera que nosotros perdonemos a quienes nos han causado daño (Efesios 4:32)
1.1. Estar atados al
pasado cuando no perdonamos, nos impide crecer en todas las áreas de nuestra
vida.
1.2. Cuando
perdonamos a quienes nos han causado daño, desatamos
a quien nos causó daño y de paso quedamos libres (Juan 20:23)
2. Quien no
perdona recibe las consecuencias de su determinación. Experimentará un estado
de tormenta interior permanente (Mateo 18:21-35)
2.1. Quien más se perjudica es aquél que no perdona
2.1.1. ¿Qué produce la falta de perdón?
a. Produce enormes impedimentos para amar y ser
amados.
b.
Produce reacciones de resentimiento
hacia quien nos causó daño.
c. Produce daño
emocional y físico a quien experimenta
ese rencor.
2.1.2.
¿Qué hace quien no perdona?
a. Siente que aquél que le causo daño “le
debe algo”
b. Asume la posición de “No perdono
hasta tanto me pidas perdón”. Como pasan los días y no advierte esa actitud, expresa su rechazo verbal y
gestual a quien considera es el causante de su resentimiento.
c.
Decide prorrogar su resentimiento por tiempo
indefinido como una forma de expresar hacia él o ella palabras
que la hieran, o a los menos pensamientos en los que imagina, está tomando venganza.
d. Genera estancamiento espiritual:
d.1.
No perdonar es uno de los frutos de la carne (Gálatas 5:19-21).
d.2.
Quien perdona, crece espiritualmente porque afianza en
su vida los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:21-25).
e.
Experimenta falta de paz interior y exterior.
f.
Aviva el deseo de tomar venganza.
3.
Quien no perdona refleja su
rencor y resentimiento en su relación con Dios y con los demás
3.1. Reacciones de no perdón (Gálatas 6: 7).
3.2. La
falta de perdón puede permanecer por años.
¿Hacia
quiénes pudiéramos guardar rencor por años, sin proponérnoslo?
a.-
Hacia los padres.
b.- Hacia las personas con las que tuvimos una relación sentimental
traumática.
c.- Hacia nuestros hermanos y amigos, de quienes sentimos, nos fallaron
alguna vez.
4.
Cuando identificamos dónde tiene origen nuestro rencor a partir de tres
preguntas:
a.
¿Dónde comenzó mi resentimiento?
b. ¿Qué me dijo o hizo la persona que considero me hizo daño, para
sentirme así?
c.
¿Qué puedo hacer –como por ejemplo perdonar—para que
la situación cambie?
4.1.
Usted está en libertad de informarle a quien le hizo daño que “lo perdonó”, pero también, de guardar
con prudencia esa decisión y más bien, cambiar su trato.
4.2. Leyendo Mateo 18:21, 22, aprendemos que no podemos poner “límites” al perdón.
4.3. Aprendemos también que Dios espera de nosotros
que asumamos una actitud de “perdón” a quienes nos causan daño.
V.
EL PODER DE DIOS ROMPE LAS MALDICIONES SOBRE NUESTRAS VIDAS (Éxodos 20:5; Éxodos 34:7)
1. Las maldiciones generacionales explican la ocurrencia de enfermedades—muchas
de ellas mentales--, fracaso, emociones incontroladas, ruina, divorcio, entre
otros hechos.
John F. Kennedy murió asesinado el 22 de
noviembre de 1963, su hermano Roberto también fue asesinado, David Kennedy
Murió de una sobre dosis de drogas en 1984, este es la tercera generación, John
F. Kennedy Jr. Murió en un accidente de avión el 17 de julio de 1999, todas las
revistas y los periódicos hablaban de la "Maldición de los Kennedy".
Esto es algo que se puede romper con la Palabra de Dios y por el poder de la
sangre de Jesús. Estas tragedias no se produjeron porque los Kennedy fueran
malas personas, sino debido a algo que cayó sobre ellos. La iniquidad, o
maldición, fue transferida de generación en generación.
2.
Las maldiciones tienen múltiples factores de origen:
a. A través de nuestras palabras (Cf. Mateo 12:36, 37)
a.1. Debemos medir el alcance de nuestras palabras (Proverbios 6:2)
a.2. Debemos pronunciar palabras de bendición y no de maldición (Proverbios
18:21)
3. Las maldiciones tienen una causa y efecto, pero el Señor Jesús llevó en
su cuerpo todas las maldiciones (Gálatas 3: 13; Cf. Deuteronomio 28: 16-68)
4. El propósito de Dios
para sus hijos son las bendiciones (Proverbios 3.33)
5. las maldiciones tienen
una causa y desencadenan efectos (Proverbios 26:2)
6. Tipos de maldiciones:
6.1. Maldiciones
generacionales (Deuteronomio 30:19)
Maldiciones
por pecados personales (Deuteronomio 27:26; Números 5:27; Levítico 20:10;
Levítico 20:6, 27)
6.2. Maldiciones por poseer
objetos malditos (Deuteronomio 7:25, 26)
6.3. Por palabras de
maldición (Proverbios 18:21; Marcos 11:14)
6.4. Por maldecir a otros
(Mateo 5:44)
6.5. Maldiciones por
brujería (Deuteronomio 18:10-12; Isaías 8:19-21)
¿Cómo sabemos si estamos bajo maldición? Pobreza, ruina, esterilidad,
abortos, fracasos en planes, muertes inexplicables o prematuras, enfermedades
crónicas e inexplicables y quebrantos emocionales, entre otras.
7. ¿Cómo romper las
maldiciones?
7.1. Arrepentirse de los
pecamos cometidos
7.2. Renunciar a los pecados
de los antecesores
7.3. Aceptar el perdón de
Dios y perdonarnos nosotros (1 Juan 1:9)
7.4. Perdón a quienes nos
han ofendido
7.5. Renunciar a cualquier
contacto con el ocultismo
7.6. Destruir libros,
objetos y todo cuanto esté asociado al ocultismo (Hechos 19:18, 19)
7.7. Renunciar a todo
espíritu de maldición
7.8. Apropiarnos de las bendiciones
de Dios (Números 6:24-26)
SEGUNDA SESIÓN DEL
TALLER
Título: Un líder
conforme al corazón de Dios
Base
Bíblica:
Marcos 10:45
I.
DIOS SOMETE A UN PROCESO DE FORMACIÓN A LOS LÍDERES A QUIENES QUIERE UTILIZAR
1. A través de la
historia Dios ha utilizado diversos
métodos para formar al líder, respetando la individualidad de cada uno.
a. Dios ha tratado con cada líder de manera
diferente.
b. No hay un parámetro que aplique a todos por
igual.
2. Al igual que José, los líderes que tienen conciencia de su llamamiento
y del proceso que están viviendo, ven la dirección de Dios (Génesis 45:5-9)
3. David es el ejemplo de un líder a quien Dios
llamó desde lo más recóndito de las montañas. Dios pone en posición de relieve
a quien tiene para cumplir una misión específica (1 Samuel 16:1-7; 1 Samuel
17:28-51)
II. EL MUNDO Y LA IGLESIA NECESITAN LÍDERES CONFORME
AL CORAZÓN DE DIOS (1 Crónicas
17:19)
1. Un líder que tenga claro el llamamiento, su
vocación y la misión que debe desarrollar
(Jeremías 1:7-10)
2. En la búsqueda de sentido a nuestro desenvolvimiento como líderes, es esencial
que nos formulemos los siguientes interrogantes (Cf. Éxodo 3:1-12):
ü ¿Cuál es mi papel como líder?
ü ¿Tengo clara la Misión que debo desarrollar como líder?
ü ¿Debo ajustar mi vida –principios y valores—para desarrollar mi
liderazgo?
ü ¿Cómo está mi relación con Dios?
ü ¿Cuál es mi grado de desarrollo espiritual?
3. Un líder conforme al corazón de Dios no espera que le sirvan
sino que vive para servir; la disposición a
servir es la que marca la diferencia (Cf. Marcos 10:45)
4. Un líder útil para Dios el reino de Dios debe permitir que Dios trae
con su vida
a. Dios trata con nuestra ignorancia de los
asuntos del Reino. No siempre lo sabemos todo (Cf. Marcos 8:31-33)
b. Dios trata con nuestras prioridades (Cf.
Marcos 8:34-38)
c. Dios nos enseña a valorar los privilegios
del ministerio (Cf. Marcos 9:2-9)
d. Dios trata con nuestra auto-suficiencia (Cf.
Marcos 14:26-31)
e. Dios
confronta nuestro grado de espiritualidad (Cf. Juan 21:15-19)
f. Dios
confronta nuestro egoísmo ministerial (Cf. Juan 21:20-25)
5. Un líder que Dios usa, se ubica en el lugar que le corresponde
en medio de una sociedad a la que debe dar testimonio de vida (Daniel 1:1-20)
a. Conserva su fidelidad y disciplina delante de Dios (Daniel 6:1-11)
a. Conserva su fidelidad y disciplina delante de Dios (Daniel 6:1-11)
b. Dios demanda de nosotros la santidad
(Levítico 11:44, 1 Pedro 1:13-19)
6. Un líder usado en la obra, desarrolla una visión clara (Cf. Salmo 37:5)
7. Un líder conforme al corazón de Dios, camina en transparencia (Cf. Salmo
51:1-2, 7)
8. Un líder transformado ama a Dios con todo su ser (Cf. Marcos 12:30)
8. Un líder transformado ama a Dios con todo su ser (Cf. Marcos 12:30)
III. EL LIDER QUE DIOS NECESITA PARA IMPACTA EL MUNDO ESTA COMPROMETIDO
CON EL MINISTERIO NO CON LOS PRIVILEGIOS QUE SE DERIVAN DEL MINISTERIO (Marcos
10:35-45)
1. En nuestra condición de líderes útiles para el
Reino de Dios, usted y yo somos colaboradores (Cf. 1 Corintios 3:4-6)
2. Nos movemos en el poder de Dios y no en nuestras
capacidades, habilidades o conocimiento (Cf. Juan 14:12-14)
© Fernando Alexis Jiménez
Léanos en www.mensajerodelapalabra.com y www.selecciondeestudiosbiblicos.org
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