Un corazón sano para
disfrutar una vida plena
Título: Un corazón sano para
disfrutar una vida plena
Base
Escritural:
Salmo 147:3
Introducción:
Dios desea traer sanidad a su mundo interior... |
Dios sabe que nuestro corazón—donde se
anida el mundo interior—experimenta heridas que persisten en el tiempo. Esas
heridas nos impiden crecer y, de paso, afectan nuestra relación con otras
personas. Sólo el Señor conoce lo que hay en la intimidad de nuestro ser y, si
se lo permitimos, entra hasta lo más profundo para traer sanidad definitiva.
I.
El propósito de Dios es que haya sanidad en nuestro mundo interior
1. Dios quiere sanar nuestro
mundo interior (el corazón) para que podamos crecer en las áreas personas y
espiritual (Salmo 147:3)
2. Sólo cuando hay sanidad de
nuestro mundo interior, dejamos de luchar por hacer el bien mientras la
inclinación a la maldad parece tomar fuerza (Romanos 7:18-20)
“Existen
lugares de los cuales parece que no podemos salir, ir más allá de ellos. Todo
parece estar saliendo bien y de pronto, cataplun. Algo de pronto le lleva a las
lágrimas, lo enfurece, le deprime, le da ansiedad, y no puede decir lo que es.
Le voy a decir por qué: No somos sinceros.”(John Eldredge. “El despertar de los
muertos-La gloria de un corazón que vive plenamente”. Editorial Caribe-Betania.
EE.UU. 2003. Pg. 147)
3. Es la rebeldía nuestra la que
no permite que Dios obre sanidad en nuestro mundo interior (Isaías 6:9, 10)
II.
El Evangelio de Jesucristo trae sanidad física y emocional
1. Cuando hay dolor en nuestro
mundo interior, Dios es quien sana y conforta el corazón (Salmo 23:1-3)
2. Sólo Dios sabe qué áreas específicas
de nuestro mundo interior deben ser sanadas (Jeremías 17:14)
“Tal
vez es nos hemos enfocado totalmente en el pecado y en la cruz. Pero la
Escritura es amplia y clara: Cristo vino no solo para perdonarnos, sino también
para sanarnos. Él quiere que la gente sea restaurada.”(John Eldredge. “El
despertar de los muertos-La gloria de un corazón que vive plenamente”.
Editorial Caribe-Betania. EE.UU. 2003. Pg. 153)
3. Nuestro amado Dios sabe que
nuestro mundo interior debe ser sanado y quiere hacerlo (Lucas 9:11; Cf.
Malaquías 4:2)
III.
La decisión de recibir sanidad interior es sólo nuestra
1. Dios quiere guiarnos por la
senda de la sanidad interior (Salmo 86:11, 12)
2. No podemos seguir guardando
las heridas de nuestro mundo interior
3. El Señor Jesús nos hace un
llamado para entrar en nuestro corazón (Apocalipsis 3:20)
Conclusión:
La decisión de recibir sanidad en nuestro
mundo interior es nuestra y nada más que nuestra. El Señor Jesús no nos obliga;
sin embargo, si se lo permitimos, Él obra poderosamente trayendo sanidad a las
heridas. Y cuando somos completamente sanos es cuando, de verdad, podemos decir
que disfrutamos una vida plena.
© Fernando
Alexis Jiménez
Léanos en www.MensajerodelaPalabra.Com
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