Perseverando en cultivar el amor en familia (Taller de
Parejas)
Dios nos llama a conservar la unidad en la familia |
1.- Base
Bíblica:
Colosenses 3.12-14, 1 Corintios 13:8; Lucas 6:27-31; Salmo 84:5-7;
2.- Objetivos:
2.1.- Que al término del Taller de Parejas, los
participantes comprendan la importancia de permitir que Dios y el amor reinen
en su hogar.
2.2.- Que al término del Taller de Parejas, los
participantes comprendan la importancia de aprender a amar a nuestro cónyuge e
hijos por encima de las circunstancias.
2.3.- Que al término del Taller de Parejas, los
participantes comprendan la necesidad de
revisar en qué estamos fallando y aplicar correctivos.
3.- Desarrollo
del tema:
Si hay algo que asegura la
permanencia de la familia, la solidez en la relación de pareja y una buena
comunicación en el esquema padres-hijos, es el amor, que debe primar en todo
momento. “Mi esposa tiene muchos kilos
demás, voy a separarme.”, se quejaba un hombre. ¡Sin duda nunca la amó,
porque el amor está por encima de las circunstancias! “Mi marido es insoportable con sus achaques”, se lamentó una mujer
próxima a los cincuenta años. ¡Lástima, mi hermana: Se ve que nunca amó a su
esposo! Comprendo que podrá argumentar que el amor se acaba, con lo cual el
asunto es más grave porque si ha dejado de querer a su cónyuge es porque no
cultivó el amor, que debe regarse diariamente con palabras y hechos.
I.- El perdón va mucho más allá de decir: “Te perdono”
Iris Marshall
es una escritora famosa cuando conoció a su esposo. Pasados los 60 años, ella
comenzó a padecer una enfermedad cerebral degenerativa. No obstante su esposo,
no solo la cuidó sino que la amó hasta el fin de sus días. Probó con hechos que
“el amor nunca deja de ser”.
¿Le impactó?
Creo que a todos porque el amor está por encima de todas las circunstancias. Es
el mismo amor que debe primar en familia. Es el amor que hace todo posible, y
que por supuesto, proviene de Dios. El apóstol Pablo lo dejó claro al escribir
a los creyentes de Corinto: “La profecía, el hablar en idiomas
desconocidos, y el conocimiento especial se volverán
inútiles. ¡Pero el amor durará para siempre!”(1 Corintios 13:8 a)
Es importante que nos comprometamos diariamente a
regar la plantita del amor, no solo en la relación con nuestro cónyuge sino con
nuestros hijos.
Para tener en
cuenta:
ü ¿Qué haríamos si nuestro cónyuge
enfermara?¿Le dejaríamos de amar?
ü De acuerdo con las Escrituras no hay
justificación para el divorcio
ü Si el tema del divorcio aparece como opción
en la relación de pareja, es tiempo de evaluar qué podríamos cambiar para poder
llegar al entendimiento.
ü Las únicas razones válidas pero extremas
que ofrece el Antiguo Testamento para el divorcio es que uno de los cónyuges
haya incurrido en fornicación o adulterio.
ü No podemos desconocer que la institución
matrimonial es muy valiosa para Dios.
ü Si decidimos salvar el matrimonio es
esencial perdonar y ofrecerle al cónyuge una nueva oportunidad.
ü Si guardamos rencor a algún miembro de la
familia, nos estancamos en el proceso de crecimiento personal y espiritual.
ü Cuando surjan momentos difíciles en familia,
estamos llamados a dejar libres a quienes hemos odiado o por quienes hemos
mantenido resentimiento.
ü Cuando Dios perdona, arroja nuestros
pecados al fondo del mar; nunca más vuelve a sacarlos en cara de nadie (Cf.
Malaquías 7:18, 19).
ü Si perdonamos a los enemigos, como enseña
el Señor Jesús, cuánto más debemos perdonar a los miembros de nuestra familia
(Lucas 6:27-31)
ü El amor a la familia va mucho más allá de
decir “Te perdono”. Compromete
nuestra disposición y perseverancia para que ese perdón se haga real.
ü Si hemos perdonado de corazón, lo
mostraremos no volviendo a sacarle en cara su error a quien le ofendió.
Actividades
para los participantes.-
Le invitamos a leer como pareja los siguientes interrogantes, tomar tiempo para
analizarlos y responder juntos:
a.- ¿Por qué es importante el amor en la
relación matrimonial?
b.- Al leer 1 Corintios 13:8 a), ¿cuánto
tiempo pensaríamos que dura el amor?
c.- ¿Hemos contemplado como pareja la
posibilidad de divorciarnos?
d.- ¿Qué podríamos cambiar para quitar de en
medio cualquier idea de divorcio?
e.- ¿Qué nos enseña Lucas 6:27-31?¿Cómo
podemos aplicarlo a la relación de pareja?
II.- Siete
actitudes que transforman la vida familiar
Le invito para que nos traslademos al lugar donde
ocurre una discusión familiar. La esposa está furiosa porque su esposo de nuevo
olvidó traer algunos víveres. “Querida,
iba saliendo tarde del trabajo”, se excusa él. A cada nueva palabra, ella
se mostraba más airada. ¿Qué hizo él?¿Qué haría usted? La realidad es que cerró
los ojos, pidió a Dios sabiduría y se sentó para mirar tranquilamente la
televisión mientras ella seguía rezongando. Treinta minutos después estaba
calmada y hasta le ofreció café.
Si partimos de la base que el amor nunca deja de ser, las circunstancias no deben movernos el
piso y, por mucho que existan diferencias con el cónyuge o los hijos, no
podemos ampararnos en esos eventuales choques para pretender irnos de casa.
Para tener en
cuenta.- Les invitamos a
leer en pareja el texto de Colosenses 3:12-14. ¿Qué aprendemos?
ü Aprendemos que como pueblo elegido de Dios
debemos tener un comportamiento diferente en familia.
ü Debemos ser humildes en la relación de
pareja, reconociendo el valor de nuestro cónyuge
ü La familia es tan importante para Dios, que
por ejemplo en la Biblia encontramos esta palabra en 447 ocasiones.
ü Las Escrituras nos enseñan la importancia
de asumir una actitud de perseverancia en la relación de pareja. Seguir adelante
así haya conflictos.
ü No olvidemos jamás las actitudes que
aprendemos del texto: compasión, bondad, humildad, gentileza, paciencia,
comprensión y perdón.
ü Sin duda muchísimo. Estaría sentando las
bases para dejar de lado tanto enfrentamiento al interior de la pareja.
ü Jamás podemos olvidar que el amor es el eje
principal para dar solidez a la relación familiar, hallar elementos de
entendimiento, aplicar el ingrediente del amor que permanece y, de paso,
agradar a Dios.
Actividades
para los participantes.- Le
invitamos a leer como pareja los siguientes interrogantes, tomar tiempo para
analizarlos y responder juntos:
a.- ¿Qué podemos aprender de Colosenses
3:12-14?
b.- ¿Qué actitudes de las que enumera el texto
hemos aplicado a nuestra relación familiar?
c.- ¿Qué significa ser el pueblo elegido de
Dios?
d.- Si Dios nos ama, ¿qué actitud debemos
mostrar hacia nuestra familia y relación de pareja?
e.- ¿Por qué debemos perseverar en la relación
de pareja así surjan conflictos?
f.- ¿Cómo afectaría su hogar si se decide a
aplicar estos principios?
III.- Perseverancia
para edificar familias sólidas
Si deseamos edificar familias
sólidas donde reine la armonía y Dios ocupe el primer lugar, debemos
perseverar. Al respecto leí hace pocos días unas frases que comparto con usted:
“Es triste cuando una mujer anhela que su
esposo tome la iniciativa y asuma la responsabilidad del liderazgo espiritual
de la familia y él no lo hace. Pocas cosas tienen un mayor impacto en un esposo
o una esposa que los sacrificios de amor, perdonadores y tolerantes, del
cónyuge.”(John Piper. “Pacto matrimonial”. Tyndale House Editores. 2009. EE.UU.
Pgs. 58, 59).
Para
tener en cuenta.- Es importante que ponga en práctica en su vida familiar
los siguientes aspectos:
ü Aunque haya tenido
enormes dificultades en su relación de pareja, pero el Señor nos llama a seguir
adelante.
ü En Dios encontramos la
fortaleza necesaria para superar los obstáculos y encontrar soluciones cuando
se producen diferencias
ü Las situaciones
difíciles tocarán a nuestra puerta, pero podemos superarlas, salir airosos,
alcanzar la victoria con ayuda de Dios.
ü Evalúe por un instante
si las desilusiones en la relación de pareja o con los hijos le han llevado a
pensar en la renuncia.
ü El divorcio no ha sido
ni será jamás el camino. Si decidimos seguir adelante, en procura de la armonía
en la relación, tenemos la certeza de que Dios nos ayudará.
ü Es tiempo de tomar la
decisión, no detenernos: Salvar nuestro matrimonio.
ü Si aún Dios no reina en
su hogar y si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para
que tome la decisión; puedo asegurarle que no se arrepentirá.
Actividades
para los participantes.- Le
invitamos a leer como pareja los siguientes interrogantes, tomar tiempo para
analizarlos y responder juntos:
a.- ¿Podemos darnos por
vencidos fácilmente cuando surgen dificultades en la relación de familia?
b.- ¿Podríamos enumerar
como pareja cuáles son los motivos de conflicto más frecuentes?
c.- ¿En dónde encontramos
fuerzas para seguir adelante cuando sentimos que la relación de pareja está
desmoronándose?
d.- Si surgen diferencias
entre la pareja o con los hijos, ¿los sometemos en manos de Dios?
e.- ¿Hemos probado pedir a
Dios ayuda en medio de los conflictos familiares?
4.- Conclusión:
Cuando
hay amor, no solo crecemos en nuestra relación familiar, sino que resistimos
las situaciones difíciles que puedan tocar las puertas de nuestra casa. El
hogar seguirá sólido, nada impedirá que sigamos adelante. Recordemos la
historia de una pareja de ancianos de México, quienes llevaban cerca de setenta
años casados y aún seguían juntos. “El
secreto—le dijo el hombre a los periodistas—ha sido nunca guardar rencores hacia mi esposa. Y ella aprendió ese
principio.”. ¡Tremendo ejemplo de vida! El amor nunca deja de ser…
Léanos en www.mensajerodelapalabra.com y www.selecciondeestudiosbiblicos.org
0 comentarios:
Publicar un comentario