Dios nos ofrece la oportunidad
de comenzar una nueva vida,
de victoria... Es un
cambio progresivo con Su ayuda
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Título: Nuevo nacimiento, el
comienzo de una vida en victoria
Base Escritural: Juan 3:1-7
Introducción:
¿Por qué muchos
cristianos que recién comienzan su vida de la mano del Señor Jesús se vuelven
atrás con relativa facilidad? La respuesta es sencilla: porque considera que ir
a los pies de Cristo produce cambios rápidos y perecederos. Olvidar que con
ayuda del Maestro, el camino hacia el cambio y crecimiento personal y
espiritual apenas comienza. Es un proceso en el que avanzamos progresivamente,
tomados de Su mano poderosa. No es en nuestras fuerzas como somos transformados
sino por el obrar divino en nuestra forma de pensar y de actuar.
I. El nuevo nacimiento es el comienzo de una nueva vida
1. Una idea equivocada en
cuanto al nuevo nacimiento es que, sin mayor esfuerzo, producirá un cambio
definitivo y radical en nuestra vieja naturaleza
a. Cuando Dios trata con
nosotros, con nuestra vida, se produce un cambio progresivo, modificando la
vieja naturaleza (Génesis 6:5)
b. No podemos olvidar
que la naturaleza humana se inclina a la maldad (Salmo 14:2, 3)
2. En nuestras fuerzas no
podemos cambiar sino con la ayuda de Dios, porque nuestra naturaleza nos
inclina a la maldad (Isaías 1:5, 6; 40:6; Jeremías 13:23)
a. No podemos
desconocer que el corazón es engañoso (Jeremías 17:9; Romanos 3:9-19;
Eclesiastés 1:15)
b. Dios conoce
qué anidamos en el corazón (Juan 2:24, 25; 3:6)
3. Dios nos transforma en
nuevas criaturas (Juan 12:30)
4. Si se lo permitimos,
Dios trata con nuestro ser para llevarnos a ser nuevas criaturas (Hechos 13:38,
39; Romanos 6:4-6; Efesios 2:1-6; 3:14-19)
a. La vieja
naturaleza no deja de serlo sino hasta el final de nuestros días
b. La
transformación de la vieja naturaleza se produce cuando crucificamos nuestra
carne (Gálatas 5:24; Romanos 6:11)
II. El nuevo nacimiento nos hace partícipes de una nueva naturaleza
(2 Corintios 5:17)
1. Si nacemos en el
Espíritu, somos del Espíritu (Juan 3:6)
a. Dios cambia
nuestra naturaleza (2 Pedro 1:4)
b. Somos
engendrados por Dios mismo (Santiago 1:18)
c. La
regeneración o nuevo nacimiento sólo es obra de Dios porque nosotros no lo
podemos hacer en nuestras fuerzas (Isaías 64:6)
2. El proceso del nuevo
nacimiento no es fácil de entender desde la perspectiva humana porque es
eminentemente espiritual (1 Corintios 2:14, 14)
a. El nuevo
nacimiento es la antesala de la eternidad con Cristo (Juan 5:24-29; 6:47;
20:31)
b. Ahora somos
nacidos de una semilla santa por la obra del Espíritu Santo (Santiago 1:18; 1
Pedro 1:23)
c. Dios nos
limpia de toda carga de pecado del ayer; nos da un corazón nuevo (Ezequiel
36:25-27)
d. Quienes se
esfuerzan por cambiar su forma de ser, terminan frustrados
III. A través del nuevo nacimiento Dios nos ve como hombres y
mujeres santos
1. Cuando nacemos de nuevo,
el Espíritu obra transformación en nuestras vidas (Romanos 8:14-17)
2. Nuestra nueva condición
es la de hijos de Dios (1 Juan 3:2; Juan 1:12; Tito 3:5-7)
a. Dios nos ve
como hombres y mujeres justos (Romanos 4:24, 25)
b. Tenemos
asegurada la vida eterna en Cristo (Juan 3:36; 20:31)
c. Fluye en
nosotros el poder del Espíritu Santo (Juan 4:14)
Conclusión:
El nuevo nacimiento no
es otra cosa que brindarle la oportunidad a Dios para que tome las llaves de
nuestro corazón y haga de nosotros, la persona que Él quiere que seamos. No es
algo que se produce de inmediato, sino un proceso. Con Su ayuda, podemos
lograrlo. Él es quien nos hace vencedores, nos transforma, nos da solidez en
ese proceso de transformación y crecimiento. ¡Prendidos de la mano del Señor
Jesús podemos lograrlo!
© Fernando Alexis Jiménez
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