Título: Un encuentro con Dios que produce transformación
Base Escritural: Génesis 32:22-31
Introducción:
Cuando tenemos un
encuentro con Dios, nuestra vida experimenta transformación. Los hombres y
mujeres descritos en la Biblia, que tuvieron un encuentro con el Señor,
vivieron un cambio personal y espiritual sin precedentes, y emprendieron el
camino hacia nuevos niveles. Nuestro amado Padre celestial trabaja
pacientemente en cada área de nuestra existencia, si se lo permitimos. En el
caso de Jacob, Dios cambio su nombre porque lo estaba preparando para ser padre
de naciones. Hoy es el día para que cada uno de nosotros experimente ese
encuentro personal con Dios.
I. Un encuentro cara a cara
con Dios se logra en medio de la intimidad con Él (vv. 22-25)
1. Un encuentro con el Señor comienza en la soledad, cuando buscamos
intimidad con nuestro Padre (vv. 23, 24)
a. Dios desea tratar con cada uno de nosotros de manera especial
b. El trato de Dios con cada uno de nosotros es distinto.
2. Para tener un encuentro personal con Dios, debemos perseverar (vv. 24, 25)
a. No podemos desprendernos de la mano de Dios (Hebreos 6:15)
b. Dios tiene una bendición para cada uno de nosotros
“Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices”
II. Un encuentro cara a
cara con Dios marca la diferencia en nuestra vida (vv. 22-25)
1. Dios transforma nuestra vida, nuestro presente y nuestro mañana (vv. 27,
28)
2. Dios llevó a Jacob a ser un hombre nuevo
3. A partir de cada encuentro con Dios, queda un distintivo visible a todos
(v. 21)
a. El proceso transformador de Dios impacta nuestro carácter
b. Cada uno de nosotros decide si permite que Dios lo transforme
III. Un encuentro cara a cara con Dios, se
mantiene con una actitud de búsqueda (vv. 29-31)
1. Quien busca un encuentro con Dios, procura conocerle (v. 29)
2. Dios bendicen a quienes buscan conocerle (v. 29)
“Y lo bendijo allí”
3. Un encuentro cara a cara con Dios, nos lleva a un nuevo nivel personal y
espiritual (v. 30)
4. Mediante un
encuentro personal con Dios, Dios se reveló a Elías (1 Reyes 19:8-13)
Conclusión:
Debemos perseverar en
la búsqueda de Dios. No está bien caer en el desánimo. Es necesario avanzar.
Perseverar en Dios desencadena bendiciones para nuestra vida y nuestra familia.
En la intimidad con Dios, Él nos transforma (Juan 17:17). Es necesario que
dispongamos el corazón para que Dios nos hable. Si lo permitimos, Dios
imprimirá cambios permanentes que serán evidentes para otras personas. Una meta
que emprendemos hoy es tener un encuentro personal con Dios, y que en cada una
de nuestras acciones se refleje el Cristo de poder que opera en nuestra
existencia.
© Fernando Alexis
Jiménez
0 comentarios:
Publicar un comentario