Moviéndose en el poder de Dios
Dios nos llama a movernos
en Su dimensión sobrenatural
de poder... allí donde
los milagros ocurren...
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Título: Moviéndose en el poder de Dios
Base Bíblica: 2 Reyes 4:1-7
Introducción:
¿A quien recurrimos cuando atravesamos por algún problema o necesitad y requerimos de un milagro? Es probable que luchemos en nuestras fuerzas en procura de soluciones y sólo nos damos por vencidos cuando llegamos al límite de nuestras fuerzas. Las Escrituras nos enseñan que debemos confiar plenamente en el Señor y recurrir a Él. Cuando lo hacemos, reconociendo que en nuestras capacidades resulta imposible hacer algo, se libera el poder de Dios y ocurren los milagros.
I. A Dios recurrimos cuando necesitamos un milagro (v. 1)
1. Generalmente buscamos resolver los problemas en nuestras fuerzas.
a. Agotamos todas las posibilidades
b. Llegamos al límite de nuestras fuerzas
2. El ser cristianos no nos exime de enfrentar dificultades
a. Satanás busca poner tropiezo al cristiano
b. Como cristianos podemos confiar y refugiarnos en Dios
3. Dios es la única solución para nuestros problemas, cualesquiera que sean (v.
II. Los milagros de Dios se producen cuando activamos nuestra fe (vv.2-4)
1. En manos de Dios, lo poco nuestro es mucho en manos de Dios (v. 2)
a. Dios tiene una salida.
b. A veces nosotros—como la viuda—dimensionamos los problemas:
b.1. Consideramos que no hay solución.
b.2. Consideramos que llegamos al límite de las fuerzas
2. El obrar de Dios no tiene límites (v. 3)
a. Dios nos muestra la salida
b. Dios obra de manera que rompen con nuestra lógica humana
3. Fe es actuar (v. 4)
III. Cuando nos movemos en la dimensión del poder de Dios, los milagros ocurren (vv.5-7)
1. Cuando aplicamos nuestra lógica, levantamos una barrera delante de Dios (v. 5)
a. Simplemente confiamos en el poder de Dios
b. Cuando nuestra confianza es sólida, damos de fe.
2. El poder de Dios es ilimitado, pero llega hasta donde nos alcance la fe (v. 6)
a. Hubo provisión de muchas vasijas
b. Cesaron las vasijas y cesó el aceite
3. Dios tiene su propio tiempo y su propia manera de obrar (v. 7)
a. Dios no obra conforme a nuestra voluntad
b. A Su manera, Dios resuelve nuestros problemas en el momento oportuno.
Conclusión:
Resulta interesante reflexionar en el hecho de que lo poco nuestro es mucho en manos de Dios. Él tiene su propio tiempo y maneras de obrar. Basta con que dejemos de racionalizar la ocurrencia de los milagros con nuestra lógica. Si lo hacemos, levantamos una enorme barrera que impide el mover de Dios. Hoy aprendemos que fe es actuar. I lo hacemos nos movemos en la dimensión del poder de Dios.
© Fernando Alexis Jiménez – Contacto (0057)317-4913705
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