Recobrar el valor de la integridad en nuestra vida

Recobrar el valor de la integridad en nuestra vida

Si permitimos que Dios trate con nuestra vida,

es evidente que tomarán fuerza en nuestro

ser los principos y valores que transforman...

Título: Recobrar el valor de la integridad en nuestra vida

Base Escritural: Salmo 51

Introducción:

Nuestra vida puede ser transformada; sólo que no será en nuestras fuerzas sino en las de Dios. Él sabe cómo hacer las cosas. Basta que le permitamos obrar. Toma todo lo que hay dentro de nosotros y lo transforma conforme a Su voluntad. Nos lleva en ese maravilloso proceso de crecimiento personal y espiritual que tanto hemos anhelado. ¡Hoy es el día para el cambio!

I.- Sólo Dios puede transformar nuestra vida (vv.1,2).

1.- Por las características que revelan a Dios ante el hombre:

            a.- Piedad/compasión (v.1 a).

            b.- Multitud de piedades/amor (v. 1 b).

2.- Sólo Dios puede limpiarnos 8v.2).

            Tiene todo el poder:

            a.- Para lavarnos de la maldad (naturaleza humana)

            b.- Para lavarnos del pecado.

II. Es necesario reconocer el pecado para recibir perdón (vv.3-7).

1.- No reconocer el pecado es orgullo.

2.- David reconoció su naturaleza de pecado (vv.3, 5).

3.- Debemos reconocer los alcances del pecado:

            a.- Hacia el prójimo (causa heridas).

            b.- Hacia Dios (v.4).

4.- Reconocer el pecado es fundamental (v.6).

5.- Dios puede hacernos nuevas criaturas (v.7).

III.- Dios puede restaurarnos (vv.9-11).

1.- El pecado deja secuelas:

            a.- Sensación de culpa

            b.- Amargura

            c.- Deseos de volver atrás

2.- La paz del perdón nos reconforta (vv.8, 9).

3.- Dios nos otorga una nueva naturaleza (vv.10, 12).

4.- Dios reaviva la llama de su Espíritu en nosotros (v.11).

IV.- Dios quiere que cambiemos conforme a su voluntad

1.- Muestra experiencia de hoy, preparación para el mañana (v.13).

2.- La pureza será nuestra identificación (v.15).

3.- Caminamos de nuevo en justicia (vv.16, 17).

Conclusión:

Quienes pretenden que en sus vidas se produzca un cambio, fruto de sus propias fuerzas, terminan por fracasar. Las Escrituras nos indican que es posible cuando depositamos nuestra confianza en el Señor. Hasta tanto reconozcamos nuestro pecado, no será fácil dar ese primer paso hacia el cambio, pero en esencia, será posible que se produzcan esas transformaciones sólo con la ayuda de Dios.

© Fernando Alexis Jiménez

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