Jesús el Señor entró en Jerusalén como un Rey victorioso |
Título: Jesús entró a Jerusalén coronado de gloria como
Rey
Base Bíblica: Mateo 21:1-11
Introducción:
Por muchos siglos el
pueblo de Israel esperó al Mesías. Era una esperan en la que, por algunos
períodos caían en la desesperación o el desánimo. Lo contradictorio es que
esperaban un príncipe guerrero como su Mesías y no un Dios que hablara de paz,
de amor, de oportunidades y que trajera liberación, sanidad y Salvación. Ese es
el marco en el que nuestro amado Salvador Jesús entra en Jerusalén. Contrario a
lo que hubieran esperado los religiosos de la época, de encontrarse con un
poderoso guerrero, Jesucristo entró a la capital Judía como Rey y Mesías.
El gran expositor del
Evangelio del siglo XIX, Charles Spurgeon, lo explicó de esta manera: “Pero aquí viene el Rey de reyes, el Príncipe
de los reyes de la tierra; no hay ningún brioso corcel, ni ningún caballo
haciendo cabriolas que mantenga alejados a los hijos de la pobreza; Él cabalga
sobre Su asna, y mientras completa Su recorrido, habla amablemente a los niños
que aclaman: "¡Hosanna!", y da los parabienes a las madres y a los
padres de la más humilde condición, que se agolpan a Su alrededor. Él es
asequible; Él no está apartado de ellos; no reclama ser su superior, sino su
siervo; siendo tan poco imponente como rey, Él era el siervo de todos. No hay
sonido de trompetas: le basta la voz de los hombres; no hay gualdrapa sobre Su
asna, sino las ropas de Sus propios discípulos; no hay pompa sino la pompa que
algunos corazones amorosos muy voluntariamente le concedían. Así prosigue Su
cabalgata; el Suyo es el reino de la mansedumbre, el reino de la humillación.”(Charles Spurgeon. Mensaje 405. Predicado en
el Tabernáculo Metropolitano. Londres. Domingo 18 de agosto de 1861. Citado en
el Portal Spurgeon.Com.Mx)
Cuando pensamos en
elSeñor Jesús como Hijo de Dios y como Rey, deberíamos hacer una cuidadosa
reflexión para evaluar si nosotros le damos esa posición en nuestra familia y
en nuestro corazón. ¿Es el Señor Jesús Rey de nuestro hogar y de nuestra
existencia?
I.- El pueblo de Israel no esperaba un libertador que fuera como
Jesús, un Príncipe de paz (vv. 1-4)
1.- Era la última semana de vida para el Señor
Jesús y cumplió con la totalidad de las profecías mesiánicas
2.- El Señor Jesús mandó preparar todo porque sabía
que, muy a pesar de los religiosos de la época, entraría a Jerusalén triunfante
como Rey y Mesías (vv.1-3)
3.- La gran contradicción que no lograban conciliar
los religiosos de la época, es que esperaban un Mesías guerrero no un Dios de
paz
II.- Con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, Dios llegó a
Su pueblo como el Mesías esperado (vv. 5-7)
1.- Con la entrada a Jerusalén se cumplió la
promesa mesiánica de que Dios llegaría a Su pueblo (Isaías 62:11, 12)
2.- Con la entrada a Jerusalén se cumplió la
promesa mesiánica de que el Mesías sería un Rey manso y humilde (Zacarías 9:9)
Manso – Del griego
Praus. Humildad genuina, manso,
gentil.
3.- Dios tiene todo cuidadosamente planeado desde
la eternidad, y todo se cumple al pie de la letra (vv. 6, 7; Mateo 24:35)
III.- Con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén el mundo
recibió a su Salvador
1.- El pueblo recibió en Jerusalén al Señor Jesús
como Rey y Mesías (v. 8)
2.- El pueblo reconoció al Señor Jesús como Hijo de
Dios (v. 9)
a.- Reconocían
que el Señor Jesús cumplía una misión de parte de Dios (Salmo 118:26)
b.- La Presencia
del Señor Jesús trajo gozo al pueblo(Salmo 118:15)
3.- El pueblo reconoció al Señor Jesús como el
ungido de Dios (v. 10, 11, Juan 6:14; 7:40)
Conclusión:
Millares de personas se
dieron cita a la entrada del Señor Jesús en Jerusalén. Fue un recibimiento como
se lo merecía el Rey y Mesías. Lo grave para los religiosos de la época era que
iba en contravía de lo que esperaban. Tenían frente a sus ojos a un hombre
manso, que hablaba de paz y de amor, y no lo que esperaban: Un guerrero que los
libertara del yugo romano.
Si
Cristo Jesús reina en nuestra vida, hay regocijo. Si gobierna en nuestra
familia, hay armonía. Uno de los predicadores más revelantes del siglo XIX,
Charles Spurgeon, escribió al referirse a la entrada de Jesús en Jerusalén: “¡Tal es, entonces, el primer efecto del
reino de Cristo! Doquiera que llega, la ciudad queda alborotada. No crean que
el Evangelio esté siendo predicado en absoluto si no causa una conmoción. No
crean, hermanos míos, que el Evangelio esté siendo predicado a la manera de Cristo,
si no irrita a unos y alegra a otros; si no genera muchos enemigos y algunos
amigos.”
Ese mismo Jesús es el
que hoy toca a las puertas de tu vida y te ofrece una nueva oportunidad de
cambio y de vida eterna. Si le abres tu corazón podrás emprender una nueva
vida, llena de realización.
(C) Fernando Alexis Jiménez - Léanos en www.MensajerodelaPalabra.Com y www.GuerraEspiritual.Org
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