Es importante que sirvamos antes que ser servidos |
Título: El Diácono, un
ministro al servicio de Dios y de la iglesia
Base Escritural: 1 Timoteo
3:8-13
Introducción:
Esteban jamás imaginó
el cambio que tendría su vida. Pero llegó. Sin proponérselo, fue escogido como
uno de los siete diáconos de su congregación. La tarea primordial era atender
el servicio a los necesitados. Sin embargo Dios le abrió las puertas, ensanchó
su ministerio y le dio la oportunidad de constituirse en uno de los mayores
propagadores del evangelio en su época. Un diácono fue además la semilla que
desencadenó el crecimiento de la iglesia cristiana del primer siglo... (Se
pueden leer con antelación los capítulos 6 y 7 del libro de Los Hechos).
1. Históricamente ha habido Diáconos y Diaconizas
(Romanos 16:1).
Se
han caracterizado:
a.
Por sus santidad (v.2)
b.
Por su vocación de ayuda (v.2).
2. Ser diácono: la antesala al ministerio cristiano
(Filipenses 1:1).
La disposición para
servir y no para ser servido, es algo que identifica a quienes ministran
delante del Señor.
3. Las condiciones para ejercer el diaconado “El que
sirve”
Base Escritural: 1 Timoteo
3:8-13
a.
Honestidad (v.8)
b.
Transparencia (v.8)
c.
Afincados en la sana doctrina (v.9)
d.
Cumplir el proceso de formación y crecimiento espiritual (v.10)
e.
Irreprensibles (v.10).
f.
Equilibrados (v. 11)
g.
Ordenados en su vida familiar (v. 12)
Conclusión:
En las congregaciones Dios está llamando hombres y mujeres dispuestos a servirle. Diáconos conscientes que servir a Dios es uno de los mayores privilegios a los que podemos acceder. Personas con una auténtica vocación de servicios, que no esperen reconocimiento y sean infatigables en la tarea de sembrar la semilla del mensaje transformador de Jesucristo. Usted puede ser la persona que el Señor está llamando hoy.
En las congregaciones Dios está llamando hombres y mujeres dispuestos a servirle. Diáconos conscientes que servir a Dios es uno de los mayores privilegios a los que podemos acceder. Personas con una auténtica vocación de servicios, que no esperen reconocimiento y sean infatigables en la tarea de sembrar la semilla del mensaje transformador de Jesucristo. Usted puede ser la persona que el Señor está llamando hoy.
© Fernando
Alexis Jiménez
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