Dios desea que experimentemos crecimiento en la fe |
Título: Una fe que llega a nuevos niveles
Base Bíblica: Hebreos 11:1; Romanos 10:9, 10
Introducción:
¿Por
qué los cristianos no recibimos milagros? Es una de las preguntas que se
formulan millares de personas con mayor
frecuencia. Y sin duda el interrogante está mal formulado. Debería ser: ¿Qué
impide que recibamos milagros? Y el eje central para responder ese
cuestionamiento, está en la fe. Pero más allá, la definición que tenemos de la
fe, que muchas veces está mal orientada. El propósito hoy es que comprendamos
de qué manera la fe está íntimamente unida a los milagros.
I. El problema del cristiano: no tener definido qué es fe
1.
La fe está íntimamente ligada a la certeza
y la convicción, y deja de lado toda
sombra de duda (Hebreos 11:1)
a. La certeza y la convicción
toman forma y se fortalece en nuestro corazón
b. Tener la certeza y la convicción no depende de Dios sino de nosotros
b.1. La fe no es simplemente
esperanza. El que espera no tiene certeza ni convicción
b.2. La fe es del presente.
No es mera expectativa. Es convicción de que se recibe ahora mismo
b.3. La fe no es simplemente visualizar lo que anhelamos
2.
La fe debe ir acompañada de creer con el corazón y confesar con los labios
(Romanos 10:9, 10; Cf. Romanos 10:13)
3.
La duda impide que Dios pueda obrar milagros (Marcos 6:2-6)
a. Hay fe que duda: “De pronto ocurre algo en mi vida…”
b. Hay fe negativa: “¿Será que Dios puede obrar ese milagro…?”
II. Conforme depositamos nuestra confianza, crecemos en la fe
1.
Si clamamos por un milagro, la fe debe movernos a creer que recibiremos el milagro (Marcos 11:24)
a. Pedir orando
b. Creer que recibiremos
2.
El Señor Jesús enseñó que, para el que cree, todo es posible (Marcos 9:23 Cf.
Marcos 11:20-24)
3.
El Señor Jesús enseñó que la fe es dinámica,
crece como un grano de mostaza (Mateo
17:20)
III. La fe, las señales y los milagros acompañan a los cristianos
1.
Si tenemos fe en el Señor Jesús y en las obras que hizo, podemos llegar a
nuevos niveles (Juan 14:12-14)
2.
El Señor Jesús enseñó que las señales acompañarán a sus seguidores (Marcos
16:15-18)
3.
Es necesario revisar, ¿Cómo anda nuestra fe?¿En qué nivel nos encontramos?
Conclusión:
Cuando
tenemos certeza y convicción en nuestro corazón, podemos
afirmar que hay una fe dinámica, que crece. Una fe que cree a pesar de que todo
esté en contra. Creer por encima de las circunstancias. Y todos podemos llegar
a ese nivel. Basta que renunciemos a nuestra lógica, a los convencimientos en
los que nos enmarca una sociedad incrédula. Los milagros son posibles para
todos, ahora.
© Fernando
Alexis Jiménez - Sitio www.guerraespiritual.org
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