¿De qué manera trata Dios con la vida de un ministro cristiano?
Dios trata con la vida de aquellos
a quienes llama a servirle en la
extensión del Reino...
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Título: ¿De qué manera trata Dios con la vida de un ministro cristiano?
Bases Bíblicas: Marcos 1:16-20; Marcos 4:10-12; Marcos 4:30-32; Marcos 10:28-31
Introducción:
En cierta ocasión escuché la ilustración sobre las perspectivas que tenían profesionales de distintas disciplinas cuando tenían enfrente una roca. Un arqueólogo pensaría: “Es interesante estudiar cuántos siglos tiene este pedazo de piedra”. Un ambientalista se preocuparía: “Si esta roca se desprendió de la montaña es seguro que hay un proceso erosivo en marcha que pone en peligro todo alrededor”. Un ingeniero razonaría: “Este material es fabuloso para echar cimientos de un edificio”. Finalmente un escultor diría: “Fabuloso, aquí hay una escultura extraordinaria”. “¿Dónde?”, le preguntaría alguien, a lo que él respondería: “Tú ves la roca, yo veo las esculturas que podría tallar en ella”.
Igual ocurre con nuestro amado Dios y Padre. Él trata con la vida del ministro cristiano. Él no nos ve como somos ahora sino como llegaremos a ser. Aquí, sin embargo hay un aspecto que no podemos desconocer: para que Dios trate con la vida de alguien, es necesario que la persona disponga su corazón.
¿Qué logramos al permitir que el Señor trate con nuestra existencia? En esencia potencializar las capacidades y avivar los dones que Dios nos ha dado, por la obra del Espíritu Santo, de manera que podamos cumplir eficazmente nuestra misión.
La pregunta con la que iniciamos esta reflexión es, ¿de qué manera respondes al trato de Dios? Y una segunda, igualmente importante: ¿Sabes con qué áreas de tu vida trata el Señor?
I.- DIOS TRATA CON NUESTROS PLANES, METAS Y SUEÑOS (Marcos 1:16-20).
1.- Quienes fueron llamados por el Señor Jesús tenían sus propios planes, metas y sueños (vv.16, 19).
a.- Cada cual tenía planeado qué hacer con su vida en los próximos años.
b.- Cada cual estaba acostumbrado a su medio social, económico y religioso.
c.- cada cual experimentaba una relativa comodidad y no querían renunciar a ella.
- ¿Te cuesta mucho renunciar a la comodidad en que te encuentras?
- ¿Hasta evadido el llamamiento de Dios a asumir grandes retos para el reino de Dios, por temor a enfrentar lo desconocido?
2.- Quienes fueron llamados por el Señor Jesús a seguirle, experimentaron un cambio definitivo en sus vidas (vv.17, 20 a).
3.- Quienes fueron llamados por el Señor Jesús debieron tomar decisiones de fe (vv.18, 20 b).
a.- El Señor Jesús era quien los “haría pescadores de hombres”. No en sus propias fuerzas y capacidades (v. 17 b).
b.- El llamamiento del Señor Jesús obligó a los discípulos a asumir decisiones radicales y trascendentales.
c.- El llamamiento del Señor Jesús obligó a los discípulos a dejar su “futuro” en manos de Dios.
II.- DIOS TRATA CON NUESTRO CARÁCTER (Marcos 4:30-32).
1.- Los discípulos comenzaron a desarrollar na abierta dependencia del Señor Jesús. No podían estar mucho tiempo separados de Él(vv.35-37).
a.- En todo instante, ¿confías en ti mismo o tu confianza plena procede del Señor Jesús?
b.- ¿Cuál es el grado de confianza que tienes en el Señor Jesús para desarrollar tu ministerio cristiano?
2.- Los discípulos aprendieron a dejarse guiar por el Señor Jesús. Iban donde Él iba (vv.38, 39).
3.- Los discípulos debieron asimilar nuevos principios que reñían con el aprendizaje recibido en su entorno social, cultural y religioso. Debieron abandonar los paradigmas (Marcos 4:10-12).
-¿Hay alguna convicción religiosa de carácter denominacional o tradicional que se te ha dificultado modificar?
4.- Los discípulos fueron confrontados con su incertidumbre y expectativas (Marcos 10:28-31).
III.- DIOS TRATA CON NUESTRAS CAPACIDADES Y DIMENSIONA LAS POTENCIALIDADES EN CADA UNO (Marcos 4:30-32).
1.- El trato de Dios con cada uno de nosotros comienza como una pequeña semilla. (vv.30, 31).
a.- No debemos esperar cambios en un abrir y cerrar de ojos.
b.- El proceso de transformación personal y espiritual en Cristo se desarrolla paso a paso.
2.- Para que Dios cumpla su plan en nosotros, debemos permitirle que trate con todo nuestro ser (v.32 a).
3.- Si permitimos que Dios trate con nuestras vidas, podremos ministrar eficazmente a otras personas (v. 32 b).
Conclusión:
El trato de Dios es integral. Trata con nuestras expectativas presentes y futuras, con nuestro carácter y, por supuesto, con las potencialidades que nos rodean. A este conjunto de aspectos de nuestro ser, suma el pulimento necesario para que seamos instrumentos útiles en Su obra.
Cuando el Señor nos llama, lo hace sabiendo que tenemos planes. El reto está en renunciar a nuestra aparente seguridad, bien sea en las posesiones materiales o en el cúmulo de conocimientos académicos, para desarrollar entera confianza en Él.
Es probable que razonemos sobre lo interminable del trato divino con nosotros, pero no solo tiene unos términos sino que además guarda un propósito en los planes del amado Padre: que dejemos de lado aquello que nos impide ser los ministros cristianos que Él ha concebido que seamos.
¿Estás viviendo el proceso de ser tratado por Dios?¿Has querido acortar el camino? Las respuestas solamente las tienes tu...
© Ps. Fernando Alexis Jiménez
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