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Moviéndonos en el poder de Dios para alcanzar grades metas

Desde nuestra tierna infancia, Dios tiene un propósito con
nuestra vida...

Título: Moviéndonos en el poder de Dios para alcanzar grades metas
Base Escritural: Éxodo 3:11-15;

Introducción:

Todos los seres humanos, invariablemente, deseamos crecer, salir del estancamiento, llegar a nuevos niveles. Aplica en la vida familiar, social y profesional. Queremos escalar, y al llegar a cierta posición o haber conquistado una meta, proseguir en el avance. Es algo que podemos hacer en nuestras fuerzas, con el riesgo de que pronto nos demos por vencidos, o hacerlo en el poder de Dios, con lo cual no solo llegaremos siempre a nuevas metas, sino que nuestras realizaciones trascenderán, irán siempre más allá de lo que esperamos. No es en nuestras fuerzas como lo logramos, sino en el poder del Señor cuando aprendemos a desarrollar intimidad y dependencia de Él en todo cuanto hacemos.


I. Debemos aprender a discernir el tiempo perfecto de Dios (Éxodo 3:11-15)

1. En el corazón de Moisés anidaba el deseo de ayudar al pueblo de Israel bajo estado de opresión por parte de los egipcios (v. 11)
            a. Moisés era sensible al sufrimiento del pueblo
            b. Moisés no compartía el que se cometieran injusticias

2. En su propósito de hacer la obra de Dios, Moisés obraba en sus fuerzas y no en el poder de Dios (v. 12)
            a. Con frecuencia nos arrastra la emoción y no la razón
            b. Con frecuencia no permitimos que Dios nos guíe

3. Si nos movemos en el poder de Dios, lo que emprendemos para Dios terminará en crisis (vv. 13, 14)

4. Al movernos en nuestras propias fuerzas y no en las de Dios, retrasaremos lo que Dios quiere hacer a través de nosotros (v. 15)

II. Dios tiene un propósito para hacer la obra a través de nosotros (Éxodo 3:1-6)  

1. Dios nos llama a servirle cuando ha tratado con todas las áreas de nuestra vida (v. 1)
            a. Durante cuarenta años Dios trató con Moisés
            b. En el silencio y en la soledad, Moisés creía que no tendría una nueva oportunidad
            c. Dios llevó a Moisés hasta el monte Horeb para que tuviera un encuentro con Él

2. Moisés aprendió a conocer la voz de Dios ene l desierto (vv. 2-4)
            a. Es fundamental desarrollar intimidad con Dios
            b. Dios utiliza formas extrañas para llamarnos
            c. Moisés pudo reconocer la voz de Dios. ¿Podemos nosotros reconocerla?

3. Cuando Moisés le dijo a Dios: “Heme aquí”, entró en la dimensión de Su Presencia (v. 5)
            a. Donde tenemos un encuentro con Dios se convierte en el lugar santo
            b. Nuestro “lugar secreto” es un “lugar santo

4. Cuando entramos en la dimensión de Dios, en Su Presencia, Él se revela a nosotros (v. 6)

5. Dios tiene su propio tiempo para llamarnos a servirle

III. En el tiempo perfecto de Dios, nos revela Su Plan y el propósito de su llamamiento (Éxodo 3:7-13; 4:1)  

1. Cuando estamos preparados y nos rendimos a Él, Dios nos revela a qué misión nos está llamando (vv. 7, 8)
            a. En la primera etapa de su vida, Moisés obró en sus propias fuerzas
            b. En la primera etapa de su vida, Moisés no había desarrollado intimidad con Dios
            c. En la primera etapa de su vida, Moisés no se movió en el tiempo de Dios

2. Cuando Dios nos llama a servirle, tiene todo planeado (vv. 10.12)

3. Cuando Dios nos llama a servirle, no acepta nuestras excusas (4:1-17; 11, 26)

4. Si nos movemos en el tiempo de Dios y en Su poder, Él prosperará lo que hagamos.

Conclusión:

Para que cumplamos el propósito que Él tiene con cada uno de nosotros, Dios trata con cada una de las áreas de nuestra vida. Es un proceso. No es algo que se logra de la noche a la mañana. En cada nuevo momento, Él pule alguna área de nuestro ser y nos lleva a nuevos niveles, para que podamos serle útiles en la misión para la cual nos llamó. Si el Señor reina en nuestro corazón, trata con todas las áreas de nuestro ser y, por supuesto, si nos movemos en Su tiempo perfecto, no solamente llegaremos lejos sino que, además, cumpliremos Su propósito eterno para usted y para mí. Hoy es el día de rendirnos al Señor.

© Fernando Alexis Jiménez
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