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Dios ha comenzado una obra especial con
usted y es necesario que permita al Señor
obrar en su existencia...
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Título: Es tiempo de comenzar una nueva vida
Base Bíblica: 1 Corintios 2:9-13
Introducción:
Con frecuencia
encontramos personas que se preguntan si acaso la vida tiene sentido y
propósito. Han caminado por años en distintas direcciones, procurando saber
cuál es la misión que deben desarrollar durante su existencia. Esa búsqueda
afanosa termina cuando rinden sus vidas a Cristo y descubren que hay mucho por
hacer y que, en el centro mismo de la voluntad del Señor, cuando hagan será
prosperado.
I. Los seres humanos viven una afanosa búsqueda de sentido
para vivir (1 Corintios 2:9-13)
1. No encontraremos sentido a nuestra vida si
buscamos en nuestro mundo interior
1.1. Tendemos a dejarnos arrastrar por lo que
creemos que debemos hacer, y no por una visión objetiva del propósito que
cumplimos en esa vida
1.2. En la búsqueda en nuestro mundo interior de
sentido para vivir, probablemente perderemos mucho tiempo
2. Encontramos propósito para nuestra vida cuando
es Dios quien nos lo revela (1 Corintios 2:9-13)
2.1. Dios lo revela por medio de la oración
(Jeremías 33:3)
2.2. Dios lo revela a través de Su Palabra
(Juan 5:39, 40)
2.3. Dios lo revela mediante señales
específicas (Jueces 6:36-40)
II. El propósito de Dios es que disfrutemos de una vida plena
(Juan 10:10)
1. Una vida sin sentido y una vida con propósito
están separadas únicamente por unas decisión que debemos tomar: Recibir a Jesucristo como Señor y
Salvador (Juan 10:9)
1.1. Sin Cristo en el corazón nuestra existencia
será como un barco a la deriva
1.2. Sin Cristo en el corazón corremos el peligro de
partir a la eternidad bajo condenación
2. Nuestro enemigo espiritual Satanás nos lleva a
pensar que la vida no tiene sentido (Juan 10:10 a)
3. Quien nos ofrece una nueva vida es el Señor
Jesús cuando mora en nuestro corazón (Juan 10:10 b)
III. La obra del Señor Jesús nos permite tener una nueva vida
con sentido (Romanos 8:12-17)
1.1. El pasado queda en el pasado cuando recibimos a
Cristo (Versículo 12)
1.2. Cambiamos por la obra del
Espíritu Santo en nuestras vidas (Versículo 13)
2. Por la obra redentora del Señor Jesucristo
somos hijos de Dios (Versículo 14)
2.1. El Espíritu Santo nos fortalece para vencer la tentación
del pecado (Versículo 15)
2.2. Como hijos de Dios podemos disfrutar de una
vida con sentido (Versículo 16)
3. En nuestra condición de hijos de Dios somos
herederos de sus bendiciones materiales y espirituales (Versículo 17)
Conclusión:
Recibir a Jesucristo
como Señor y Salvador es lo más maravilloso que le puede ocurrir a una persona,
porque entre otras cosas, nuestro pasado queda en el pasado, y además,
recibimos del Espíritu Santo la fortaleza para emprender una nueva vida. La
vida en Dios realmente encuentra sentido. Podemos superar aquellas dificultades
que salían al paso como consecuencia de la tentación de pecar, pero además, al
ser ahora hijos de Dios por la obra redentora del Señor Jesús, somos realmente
herederos de bendiciones materiales y espirituales.
©
Fernando Alexis Jiménez